De creacions |
En aquel momento pasaba por allí una mujer. No era joven, no era mayor, y sabía muchas cosas valiosas. Siempre había querido tener una hija, pero había tenido dos hijos, que ahora ya mayores, vivían en otra ciudad. La niña al ver a la mujer, reunió sus últimas fuerzas para llamar su atención y dijo: No tengo familia, estoy sola. Sino me ayudas me moriré!!! No fueron sus palabras, sino su mirada lo que llegó directamente al corazón de la mujer. Acercándose a la niña, sin pensar, abrió su abrigo, la cogió en brazos tapándola a la vez que la estrechaba contra su cuerpo y se la llevó a su casa. Cuando llegaron, un gran fuego crepitaba en la chimenea y las llamas irradiaban su color rojizo inundando completamente la estancia. Para hacerla entrar en calor le preparó un baño caliente, le dió una taza de leche y la metió en la cama, abrazándola. La pequeña, exhausta, se quedó dormida.La mujer sabía que cuando ocurren cosas maravillosas no hay que tener miedo. La niña se quedaría con ella. No sabía muy bien que tenía que hacer, pero estaba segura de saberlo pronto.
“Pedir ayuda no significa que uno sea débil o incompetente. Normalmente indica un avanzado grado de sinceridad e inteligencia.”
A.Wilson Schaef.
Aquesta darrera frase m’ha tocat, perquè justament el meu final inicial acabava amb “…i al matí següent la nena va demanar ajuda”. I el vaig canviar. Em va semblar que era millor acabar dient que en determinades circumstàncies se t’acudiran solucions -però he de confessar que al darrera de demanar ajuda hi veia una manca de força-. Sé que, de vegades cal demanar ajuda, i així ho he fet, i que això no s’ha d’interpretar com un signe de feblesa. Però la creença no em deu haver canviat del tot encara.