Cantando sobre los huesos: procesos de regeneración en la iniciación femenina

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Pocos textos han sido recopilados sobre el proceso de empoderamiento de las iniciaciones femeninas. Sin embargo, toda mujer sabe que tener modelos femeninos que hayan experimentados descensos hacia los ínferos (aquel estrato más profundo, más arcaico de la psique en el que tiene lugar –fuera del lenguaje– un reencuentro de la sensibilidad con las vivencias más elementales de la experiencia vital), y su posterior regeneración fisiológica y psicológica, es una ayuda incalculable a la hora de adentrarse en los propios. Estos testimonios procuran a menudo aliento y postrera comprensión acerca de los propios descensos efectuados o/y sufridos. Estos tres extractos recogen antigos rituales chamánicos que reconocemos en muchos de los cuentos con los que trabajamos en los talleres. La confluencia de los procesos que describen estos textos revela en un lenguaje metafórico (oscuridad, descenso, huesos, desmembramiento, giros, desafíos…) profundas pautas psíquicas universales, y delinea un modelo arquetípico cíclico —vida-muerte-vida— ajeno a la dualidad de nuestro lenguaje común, que se despliega tanto en los cuentos, los mitos, los relatos de antigua sabiduría, como en los sueños nocturnos, en ciertas experiencias meditativas, y en las obras creadas en estados de conciencia no ordinaria. Las sirenas de Homero, escribe Pascal Quignard, tienen alas de buitre y reinan sobre blancas osamentas… [M. Ch.]


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[…] La única tarea de La Loba consiste en recoger huesos. Recoge y conserva sobre todo lo que corre peligro de perderse. Su cueva está llena de huesos de todas las criaturas del desierto: venados, serpientes de cascabel, cuervos. Pero su especialidad son los lobos.

Se arrastra, trepa y recorre las montañas y los arroyos en busca de huesos de lobo y, cuando ha juntado un esqueleto entero, cuando el último hueso está en su sitio y tiene ante sus ojos la hermosa escultura blanca de la criatura, se sienta junto al fuego y piensa qué canción va a cantar.

Cuando ya lo ha decidido, se sitúa al lado de la criatura, levanta los brazos sobre ella y se pone a cantar. Entonces los huesos de las costillas y los huesos de las patas del lobo se cubren de carne y a la criatura le crece el pelo. La Loba canta un poco más y la criatura cobra vida y su fuerte y peluda cola se curva hacia arriba.

La Loba sigue cantando y la criatura lobuna empieza a respirar. La Loba canta con tal intensidad que el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre los ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañón abajo.

En algún momento de su carrera, debido a la velocidad o a su chapoteo en el agua del arroyo que está cruzando, a un rayo de sol o a un rayo de luna que le ilumina directamente el costado, el lobo se transforma de repente en una mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas.

Clarissa Pinkola EstésMujeres que corren con los lobos, ed. B, 1998.

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20150417_174249Durante tu viaje en las profundidades del bosque, quizá tropieces con una casa que camina, salta, gira, dibuja piruetas sobre patas de pollo. La puerta está hecha de huesos humanos, los cerrojos de dedos humanos, la cerradura es la boca sonriente de la muerte. Rodeando el lugar, hay una verja con una calavera en cada estaca. Una estaca está vacía, para recibir tu cabeza caso de que fracases en acometer la prueba. La sola visión basta para sacar al buscador de su percepción normal. Éste no es un lugar de lógica racional.

La propietaria de esta notable casa es una vieja bruja, Baba Yaga, que puede abalanzarse sobre ti en su mortero mientras cabalgas. Detrás de ella va una escoba que barre toda huella de sus idas y venidas, pues es imposible atraparla. Con una carcajada y ojos como ascuas de fuego pregunta sobre lo que buscas… “He venido a pedir fuego”…

No se trata de peticiones normales. Uno ha empezado a buscar en las profundidades del inconsciente aquello que es esencial para el crecimiento, el cambio, la plenitud. En realidad, la bruja, la hechicera, la energía de la sabiduría de la Diosa, no aparece en los sueños hasta que el viajero es lo bastante fuerte para ser vulnerable. El yo tiene que haber renunciado a una parte de su control defensivo antes de que pueda superar el enfrentamiento con esta energía. Entonces aparece ella, sin más ceremonias y, tras determinar si tu búsqueda es o no legítima, tiene una pregunta más: “¿Has venido aquí por tu propia y libre voluntad o vienes por obligación?, o bien: “¿Has venido a enfrentarte a los hechos, joven valiente, o huyes de los hechos?”

Ésa es la prueba para saber si estás preparado para proseguir tu búsqueda. Si dices: “He venido por mi propia y libre voluntad”, tus huesos formaran parte de sus adornos. Si, en cambio, dices: “He venido por obligación”, tu cabeza reposará en la estaca que guarda la puerta. La prueba es, simplemente, la siguiente: “¿Te has vuelto suficientemente consciente para ir más allá de la dualidad?” […]

Baba Yaga nos desafía a ir más allá de esta etapa inmadura del desarrollo hacia un mundo de ambos/y. […] La respuesta correcta para Baba Yaga sería algo así como: “Estoy a que en un setenta y cinco por ciento por mi propia y libre voluntad, y en un sesenta y cinco por ciento por obligación.” Esta respuesta implica que tenemos una comprensión más humilde y precisa de nuestra propia naturaleza. Lo cierto es que la mayoría de las personas estamos donde estamos en parte por circunstancias abrumadoras que nos han arrojado aquí y en parte porque es donde queremos estar. […]

En su estudio de la dakini (energía femenina feroz), Tsultrim Allione descubre que “en casi todas las historias sobre los grandes santos del Tibet, aparece la dakini en momentos cruciales. Los encuentros suelen tener el cariz de un desafío duro y penetrante ante las concepciones fijadas del practicante.

Marion Woodman & Elinor Dickson, Bailando entre llamas, Luciérnaga, 1999.

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mujeres-de-sabiduria […] Básicamente el proceso es el de la iniciación, en la que uno escoge voluntariamente entrar en la oscuridad. Apartarse conscientemente de la luz del sol para penetrar en los niveles más profundos de sí mismo. En las iniciaciones tibetanas se utiliza como símbolo una venda de ropa que cubre los ojos. atravesando la oscuridad, uno penetra en otra dimensión diferente.

En la antigua Grecia, los buscadores de oráculos debían introducirse en la cueva de Zeus –Trofonios– a través de un estrecho agujero similar al canal de nacimiento, de la cual salían después de tres días ayudados por los “terapeutas”.

Los ritos iniciativos de los chamanes eran muy similares al descenso del “delog”. En Asia central, los chamanes Yakut describen como “los espíritus malignos se llevan el alma del futuro chaman al otro mundo, encerrándole en una casa durante tres años (sólo un año para chamanes inferiores) donde lleva a cabo su iniciación. Los espíritus cortan la cabeza del candidato mostrándosela, ya que debe presenciar su propio desmembramiento, y continua cortando en pequeños pedazos todo su cuerpo, repartiéndolos entre los espíritus de las diferentes enfermedades. Únicamente pasando por esta prueba, obtendrá el futuro chamán el poder para curar. Entonces, los huesos son cubiertos con carne nueva y en algunos casos se renueva toda la sangre. […]

También se puede “viajar” al otro mundo a través de una depresión, en la que se llega a niveles muy profundos y se experimenta la oscuridad de la muerte. Si la persona enferma sale a flote, utilizando estas experiencias, ello es el equivalente a la introversión del ermitaño que penetrando voluntariamente en los niveles más bajos de su ser surge de nuevo con un conocimiento que puede ayudar a los demás. Este tipo de experiencia puede convertirse en un punto de partida que permita el crecimiento y el renacimiento. Es fundamental que la persona sea capaz de recordar lo vivido durante el descenso, de no ser así, habrá sido inútil. […]

Muchas mujeres occidentales, después de pasar una época de crisis, deciden vivir solas, sabiendo, intuitivamente, que la confrontación con su soledad las llevará a una comprensión más profunda. Estas mujeres (a las que nuestra sociedad considera desdichadas) pueden encontrar un apoyo en estas biografías de yoguinis tibetanas.

También ellas buscan el apoyo en otras mujeres o la ayuda de psicoterapeutas para resurgir de sus descensos; de la misma manera que las yoguinis buscaban la guía de sus maestros o amigos espirituales, así como los griegos necesitaban la ayuda de los “terapeutas” para poder dar sentido a lo experimentado en la cueva de los oráculos.

Tsultrim AllioneMujeres de sabiduría, Ed. Los libros de la liebre de marzo, 1990, reed. 2007.

Había reseñado y citado fragmentos de este libro en una anterior entrada: https://blogdelesllobes.wordpress.com/2017/02/05/mujeres-de-sabiduria-descenso-y-resurreccion/

Dancing in the Flames. Marion Woodman

Dancing in the Flames / Bailando entre llamas
Director: Adam Reid | Producer: Robin Crumley
Genre: Documentary | Produced In: 2009 | Story Teller’s Country: United States


Official Trailer

Synopsis: Bailar en las Llamas es un documental brillante e íntimo sobre la vida de la analista junguiana, Marion Woodman, conocida, como profesora y autora, por su innovador trabajo sobre psicología femenina y adicción. En el documental recorremos una representación metafórica de la imaginería inconsciente que Marion relata con tanta pasión que también nosotros nos vemos invitados a examinar nuestras propias vidas. El brillante místico y autor Andrew Harvey entrevista a Marion acerca de los misterios del viaje de su alma y, a lo largo de la entrevista, la analista revela una serie de “muertes” psicológicas y “renacimientos” que han ido formando la evolución de su conciencia. La película presenta una filosofía de opuestos dinámicos, la superación de las contradicciones aparentes. La vida y la muerte, el amor y el dolor, el coraje y la sumisión, para ella, no están enfrentados sino que hacen parte de un todo armonioso. Al abrazar estos opuestos entramos en la totalidad de la experiencia humana.

Dancing in the Flames is a brilliant and intimate documentary into the life of Jungian Analyst, Marion Woodman, who is known for her ground breaking work as a teacher and author on feminine psychology and addiction. We are taken into a metaphoric representation of the unconscious imagery that Marion discusses so passionately and, in doing so, are invited to examine our own lives. Brilliant mystic and author Andrew Harvey interviews Marion as she explains the mysteries of her soul’s journey and reveals a series of psychological ‘deaths’ and ‘rebirths’ that have formed the consciousness into which she has evolved. The film presents a philosophy of dynamic opposites, the bridging of seeming contradictions. Life and death, love and grief, courage and submission are not at loggerheads for her—they’re part of a harmonious whole. By embracing these opposites we come into the totality of human experience. 

En este enlace encontraréis el documental completo:

http://www.cultureunplugged.com/play/7972/Dancing-in-the-Flames

20150417_174249 Edición Luciérnaga, 2002 (descatalogado)

Oscura, poderosa y terrenal la Diosa Negra es la llave para comprender todas las tradiciones de las antiguas culturas. Después de las Cruzadas aparecen en Europa, por primera vez, cientos de imágenes de la Virgen Negra: símbolo de los poderes de la Tierra que encarna las energías del caos y de la creatividad. Es la representación de la fuerza vital de la materia que tanto auge tomó en la Edad Media. Es la fuerza que tiene sus leyes propias que hemos de empezar a descubrir dentro de cada un@ de nosostr@s. Es la energía sagrada en nuestro interior. Somos vasos comunicantes de la energía que fluye en cada ser. Es la figura que se revela en nuestra conciencia durante los sueños desde lo más profundo de nuestro subconsciente.

Marion Woodman es analista junguiana y terapeuta. Autora de Los frutos de la virginidad (Luciérnaga, 1990) y Adicción a la perfección (Luciérnaga, 1994).

Elinor Dickson es psicóloga junguiana, directora del Servicio de Psicología del Hospital St. Michael de Toronto (Canadá).

Tomar el peso del corazón

20150417_174249     maat   La diosa Maat

En su libro Bailando entre llamas (Ed. Luciérnaga), y específicamente en el capítulo “Un corazón en equilibrio”, la psicóloga Marion Woodman habla en varias ocasiones del juicio de Maat que pertenece a la mitología del Antiguo Egipto. Ella interpreta el juicio de Maat como una representación acertada del proceso de individuación. Dice: “La mente tiene su lógica; sólo el corazón puede conocer la sabiduría, unir abismos y poner paz“.

Más adelante, Woodman escribe acerca del juicio de Maat, “El corazón de la persona se coloca en un platillo de la balanza; en el otro se coloca una pluma de avestruz del tocado de Maat. La pluma representa la verdad y la justicia, ya que en la avestruz las plumas son todas perfectamente iguales. Si el corazón pesa demasiado, si está demasiado henchido de materia, caerá en las fauces del cocodrilo. Si, en cambio, resulta demasiado liviano por falta de experiencia encarnada, saldrá volando hacia las garras del dios solar con cabeza de halcón. Asimismo, en el proceso de individuación, cuando experimentamos el mundo con un corazón transparente, cuando hay verdad en el cuerpo así como en la mente, ascendemos a un nuevo nivel de conciencia. (…) El cocodrilo devorador representa el ciclo de vida-muerte, el temor más grande del yo, que está al acecho en las profundidades del inconsciente. Pero el renacimiento hacia un nivel más elevado de la conciencia no se logra volando por el aire. El ascenso se equilibra en el descenso.

(…) Renunciar a la dualidad significa vivir en la paradoja. La paradoja es la esencia de la sabiduría y la esencia de la Diosa. La sabiduría mantiene el equilibrio entre vida/muerte, mente/cuerpo, masculino/femenino. Al mantener el equilibrio de ambos, permite que se transformen en algo nuevo. Paradoja, presencia y proceso son palabras que asociamos con la Diosa, con ella que “todo lo renueva al tiempo que ella misma perdura”.

Esto es el juicio de Maat. Ella no emite juicios ni recompensas por cumplir leyes o prácticas. Ella toma el peso del corazón. Si el corazón está equilibrado, el proceso es completo; si no está equilibrado, el proceso continuará. Deberemos empezar de nuevo, dolorosamente, partiendo del lado de su balanza en el que estemos atrapados. En el Antiguo Testamento, ella es la Sabiduría [la Sophia]. Ella es el supremo tesoro.”

No puedo sino leer también esta imagen del peso del corazón como une metáfora de la recuperación (o no) de la inocencia, del corazón transparente, la mirada inocente. Traspasar la dualidad es, en todo caso, salir de los juicios binarios y encontrar lo que en el zen llaman “el rostro original”…

Recordad esta frase de Chantal Maillard en su diario de duelo Husos: “En materia espiritual, atender al balbuceo, como mucho. Sobre todo, atender al silencio, ese silencio: la callada inocencia recobrada, el no saber cargado de compasión” (Husos, 29). Y ésta, en sus cuadernos de la memoria, Bélgica: “Acaso la inocencia no sea otra cosa que la incapacidad para el juicio, y ésta sea la razón de que, en los primeros albores de la existencia, el mundo sea experimentado con sencilla y gozosa plenitud. Ese gozo sin motivo, esa plenitud es a lo que nos referimos cuando halamos de “la infancia” con nostalgia” (Bélgica: 18). La inocencia es el sustrato de todos los estados; para recuperarla, dice Chantal, hay que hacer un sacrificio: “el sacrificio del mí, ese aluvión de repeticiones, el cúmulo de pliegues desde el que damos por conocido todo cuanto somos” (Bélgica, 17). Este sacrificio del mí es el que es preciso hacer al morir. Esto es lo que, quizás, los antiguos egipcios escenificaron en ese juicio de Osiris al tomar el peso del corazón: ligereza de un corazón inocente o corazón apesadumbrado por el mí. Tal vez, es este corazón henchido de inocencia recobrada el que la Mujer Esqueleto hace latir de nuevo en el pecho del pescador, y el que le otorga a ella nuevamente la vida después del juicio inicial del padre que la tiró por el acantilado siendo finalmente engullida por el mar profundo… ¿Quién sabe?…

Os dejo aquí una pequeña descripción de la imagen del juicio de Maat :

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La imagen que vemos aquí ilustra mediante varias escenas consecutivas el pasaje 125 del Libro de los Muertos (egipcio), que se refiere al juicio final del difunto ante el tribunal que permite el acceso a la vida de ultratumba. Su lectura comienza por la izquierda, donde aparece en primer lugar el escriba Hunefer, acompañado por Anubis, el dios de los muertos y de la momificación. Anubis es representado con cabeza de chacal y porta en su mano izquierda un símbolo de regeneración, que se denomina «llave de la vida» o ankh. En la escena siguiente, el dios de los muertos pesa el corazón de Hunefer en una balanza equilibrada por una pluma de la cabeza de Maat, diosa de la verdad, la justicia y el orden universal. Esta ceremonia se denomina psicostasis. Si la pluma tiene el mismo peso que el corazón del difunto, como en este caso, es prueba de que ha llevado una vida honesta, acorde con las leyes y los valores morales de Egipto. Si, por el contrario, el corazón pesa más que la pluma de la verdad, significa que está cargado de culpas y remordimientos por las malas acciones cometidas. En el centro de la balanza se encuentra Ammit, una diosa con cabeza de cocodrilo, los cuartos delanteros de león y los cuartos traseros de hipopótamo; este ser monstruoso se encargaba de devorar a los muertos que no superaban la prueba del pesaje. A la derecha está Thot, dios de la sabiduría representado con cabeza de ibis, que certifica en una tablilla el resultado arrojado por la balanza; los jeroglíficos titulan a Thot como «señor de las palabras divinas» y la banda sobre su pecho le identifica como sumo sacerdote. Una vez que el difunto ha superado el pesaje, el dios halcón Horus le conduce hasta su padre Osiris, juez supremo de los muertos y señor del Más Allá. El ojo de Horus está representado de forma esquemática entre estos dos dioses, como símbolo de vigilancia y clarividencia.

http://www.arteiconografia.com/2010/09/el-juicio-de-osiris.html

http://es.wikipedia.org/wiki/Juicio_de_Osiris

Y en el libro de Anne Baring & Jules Cashford, El mito de la Diosa (ed. Siruela), tenéis unas páginas muy interesantes sobre Maat:

https://books.google.es/books?id=mUqw-ydNB_4C&pg=PA306&dq=el+mito+de+la+diosa+maat&hl=es&sa=X&ei=uCo5VfuoJ4LCOeahgfAN&ved=0CCoQ6AEwAA#v=onepage&q=el%20mito%20de%20la%20diosa%20maat&f=false

Ser mujer. Una reflexión de Connie Zweig & Marion Woodman

 

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Históricamente, las cualidades asociadas al Arquetipo Femenino han sido descritas mayoritariamente a partir de observaciones de los hombres sobre los cuerpos de las mujeres (sus capacidades de recibir, contener y dar a luz). Hoy día, sin embargo, las mujeres se definen cada vez menos en términos biológicos, y están evolucionando con menos constricciones impuestas por las proyecciones de los hombres. Además, los resultados de las investigaciones de muchas personas en diferentes campos nos han ayudado a concebir nuestra definición de lo Femenino, liberándola de los significados vinculados a la cultura y proporcionándole una gran riqueza de valores diferentes. De esta manera, por primera vez, lo Femenino puede hacerse consciente en las mujeres: sin identificarse con los hombres, sin actuar en reacción a otra cosa, sin tener que compensar por algo ausente. Por esta razón, nos vemos obligadas a cuestionar las definiciones arquetípicas que han persistido durante tanto tiempo: estamos llamadas a reimaginar lo Femenino en su forma emergente.

Marion Woodman comienza este proceso sugiriendo algunas características de la energía femenina:

-Lo Femenino prefiere el proceso al resultado, siguiendo los meandros del camino y disfrutando del placer del viaje, por el contrario del estilo Masculino de fijar meta y de ir a por ella en línea recta.

-Esta orientación hacia el proceso implica presencia en el cuerpo –en el instante-, una agudeza emocional y sensorial, y una disponibilidad voluntaria para seguir la propia experiencia corporal, en lugar de escuchar únicamente al pensamiento.

-Lo Femenino implica también receptividad, mientras que lo masculino es rápido para actuar. Hoy en día, señala Woodman, nuestros receptores psíquicos y sensoriales están cerrados para defendernos contra la brutalidad generalizada. Nos hemos vuelto temerosas y desconfiadas y no podemos entregarnos para recibir amor. Pero lo Femenino recibe: desde el llanto del planeta hasta el llanto del alma.

En la primitiva transición de la conciencia matriarcal a la conciencia patriarcal (que se encuentra recapitulada en la evolución de todas y cada una de las mujeres), se sacrifica y abandona lo Femenino. Tanto en los hombres como en las mujeres, es expulsado de la conciencia y se sumerge para pasar a ser parte del mundo de la sombra. Desde el punto de observación del mundo a la luz del día, aparece como pobre y dependiente, mientras que en el cenit de esta misma luz, el reino unilateral de lo Masculino concentra poder y tecnología y amenaza con una destrucción colectiva.
Actualmente, con la llegada del patriarcado, lo Femenino es como una raíz abriéndose camino entre la superficie de hormigón resquebrajada de la cultura. La evidencia de su reaparición se manifiesta claramente en nuestro interés creciente por la ecología profunda, la Diosa, e incluso el movimiento de hombres que se está formando últimamente. Por lo tanto, lo Femenino consciente constituye la próxima imagen que nos empuja hacia adelante en nuestro viaje humano.


Extracto de la Introducción del libro Ser Mujer. Edición a cargo de Connie Zweig. (Varios autores: June Singer, Robert A. Johnson, Marion Woodman, Jean Shinoda Bolen, Riane Eisler, Deena Metzger, Polly Young-Eisendrath y otros.) Ed. Kairós. 

http://editorialkairos.com/catalogo/ser-mujer