Hospitalidad del arte. Yves Berger

11-chillida Dibujo de Eduardo Chillida

El libro Desde el taller (ver post anterior), es un delicioso libro de conversaciones entre John Berger, su hijo Yves, pintor, y el periodista literario Emmanuel Favre que les reúne en sus propios talleres ubicados en una pequeña aldea de la Alta Savoya francesa. Al filo de la conversación, Yves hace esta reflexión sobre la hospitalidad a partir de una pregunta del periodista en torno a la obra de arte pero que podríamos, hoy en día, extender facílmente hacia otros derroteros… Volver a repensar el arte en relación a la noción de hospitalidad en estos tiempos de intemperie… gesto de humildad y honestidad… siempre los hay afortunadamente…

EF: Los bordes de una imagen pueden constituir una defensa contra lo que los rodea y ofrecer un refugio a lo que está pintado. ¿No es también una forma de hospitalidad hacia la persona que mira?

YB: Soy muy sensible a esta noción de hospitalidad. La necesidad de compartir un trabajo debe hacerse con la mayor hospitalidad posible, por la razón evidente de que siempre se busca suscitar un encuentro con el espectador. Contrariamente a lo que se cree, estos encuentros no son tan frecuentes. Y ello hace que sean tan valiosos. Cuando no se da el encuentro, las cosas se rozan, pero no se reconocen. En cambio, cuando se da, nos hallamos ante un reconocimiento compartido, aunque pueda parecer extraño que un cuadro reconozca a alguien. Así pues, la hospitalidad consiste en disponer las condiciones necesarias para ese encuentro. Ahí reside toda la idea del montaje de una exposición de pintura: no colocar la obra por encima del espectador, situarla a su nivel para crear una relación de confianza. No se puede ver una pintura si no se está dispuesto a creer en lo que vemos. Por este motivo los encuentros son tan escasos o se dan con dificultad. Se prefiere explicar a la gente lo que se va a ver, en lugar de colocarla en la posición de creer en lo que ve por sí misma. Por eso las personas dicen que no saben nada de pintura o literatura. Se les sustrae esa parte de confianza previa a cualquier encuentro.

Desde el taller. Diálogo entre Yves y John Berger con Emmanuel Favre. Trad. Cristina Zelich. Editorial Gustavo Gili, 2015

CRONICAS DESDE EL MUSEO CHILLIDA LEKU Septiembre 2010

En relación al cuento de La doncella Manca os invito a compartir unas palabras y un dibujo de Chillida

Las manos de Chillida

“Yo había observado que tenía una facilidad grande para dibujar . Un día me di cuenta de que probablemente lo que me cerraba el camino para hacer las cosas con profundidad era precisamente la facilidad de mi mano, es decir , que mi mano no solamente no me ayudaba , si no que me entorpecía; tomé una decisión …decidí dibujar con la mano izquierda ….pasé una época difícil tenía la sensación de encontrarme en tierra de nadie , “entre el ya no y el todavía no “. Quería ir hacia delante y no podía ; intente volver hacia atrás pero no me salía porque ya me lo sabia …entonces escribí “Tengo las manos de ayer , me faltan las de mañana”…pase una época difícil en Paris tenía la sensación de estar actuando un poco condicionado por el ambiente y el medio. Tomé la decisión de volver a mi tierra con una idea “Voy a ir a ver crecer la hierba allí tranquilo” buscando la sensación de que las cosas fueran creciendo de modo natural ….Después he seguido toda la vida tratando de buscar el lugar desde donde hay que ver ; eso tan hermoso que dice Kierkegaard: “No se trata sino de buscar el lugar desde donde hay que ver”

 

ESCRITOS  Eduardo Chilllida