Eso de Inger Christensen

 

eso  Inger Christensen

 

Alguien entra en una casa y contempla la calle desde la ventana.
Alguien sale de una casa y contempla la ventana desde la calle.
Alguien camina por una calle y contempla a los otros por el camino.
Alguien entra en una casa que hay en su camino y la contempla como propia.
Alguien está siempre en camino y nunca repara en casa alguna.
Alguien no repara nunca en los otros que andan por la calle.
Alguien repara siempre en sí mismo cuando da un paseo.
Alguien da un paseo por las calles para reparar en sí mismo.
Alguien repara siempre en sí mismo y entra en las casas de los otros.
Alguien sale de las casas de los otros pero no las contempla.
Alguien regresa a su propia casa y ni siquiera enciende la luz.
Alguien no quiere que lo vean y por eso está sentado en la oscuridad.
Alguien pasea en la oscuridad buscando la luz en una casa.
Alguien ha encendido la luz en su casa pero no espera que llegue nadie.
Alguien espera siempre a alguien pero ha olvidado encender la luz.
Alguien espera a alguien que va a llegar y sale a invitarle a entrar en la casa.
Alguien muestra a alguien que la casa ha desaparecido entre las otras.
Alguien muestra a alguien que esa casa no puede ser la verdadera casa.
Alguien apagó la luz de la verdadera casa y se marchó.
Alguien salió a dar un paseo para no enseñar a nadie la casa equivocada.
Alguien se ha ido porque contemplaba la casa de manera equivocada.
Alguien ha desaparecido en otra casa que en cualquier caso está abandonada.
Alguien ha desaparecido en la calle y no se muestra a nadie.
Alguien ha sido abandonado y sólo sale cuando cae la oscuridad.
Alguien abandona su casa y posteriormente nunca regresa a ella.
Alguien allana una casa y después vive en ella tanto como puede.
Alguien vive en una casa que de otro modo está abandonada noche y día.
Alguien vive en una casa cuyas ventanas no dan a la calle.
Alguien vive en una casa sin ventanas y ha dejado de mirar.
Alguien vive en una casa sin luz y nunca se contempla a sí mismo.
Alguien ha dejado de esperar a alguien y nunca sale de casa.
Alguien ha dejado de mirar a la luz y finalmente se ha quedado ciego.
Alguien ha dejado de mostrar lo solo que está en la oscuridad.
Alguien ha desaparecido en su casa y nunca se ha visto a sí mismo.
Alguien está solo en su casa y nunca necesita a los otros.
Alguien ha desaparecido entre los otros y no ha sido visto desde entonces.
Alguien está solo consigo mismo y no ha conocido nunca a los otros.
Alguien está solo con los otros y nunca se ha conocido a sí mismo.
Alguien está solo porque él ha sido incapaz de imaginar otra cosa.
Alguien está solo porque él sí ha sido capaz de imaginar otra cosa.
Alguien está solo porque él ha desaparecido en sus pensamientos.
Alguien está siempre solo y se contempla como un moribundo.
Alguien está muerto y yace en una casa con ventanas que dan a la calle.
Alguien está muerto y yace en una casa donde están encendidas las luces.
Alguien está muerto en una casa que por cierto está completamente abandonada.
Alguien está muerto donde uno jamás hubiera pensado encontrar a nadie.
Alguien está muerto y de repente se presenta ante todos los demás.
Alguien está muerto y es contemplado por los que en todo caso pasan por allí.
Alguien está muerto y es sacado de su casa cuando cae la oscuridad.
Alguien está muerto y es contemplado por alguien que finalmente se ha quedado
[ciego.
Alguien permanece inmóvil y está finalmente solo con el otro muerto.

***

Veo que existen poderes más grandes
Que la mayor parte de mí se controla a sí misma
Que la mayor parte de las células dirigen mi vida
Como si yo no estuviese presente

[…]

Inger Christensen. Eso. Editorial Sexto Piso, 2015. Trad. Francisco J. Uriz.

 

Nota de la editorial Sexto Piso: 

Pocos poemas en la historia de la literatura han tenido la repercusión de ESO en el momento de su publicación en Dinamarca en 1969. Sus versos pronto aparecieron sobre los muros de diversas ciudades como una forma de protesta política. Los gobernantes, por su parte, los citaban en sus discursos. La crítica universitaria y el gran público coincidieron en aclamarlo. Los grupos de música rock se lo apropiaron, y las canciones surgidas de sus páginas se volvieron grandes éxitos. Algunos fragmentos del poema fueron tan célebres que se convirtieron en expresiones de uso coloquial. ESO, como si volviera al origen de la poesía y de toda tradición occidental, es un poema de la creación; es una cosmogonía que, a medida que surge, va creando el mundo; es un himno que celebra todas las cosas que existen sobre la tierra; es un tratado poético sobre el origen del lenguaje y del ser; es una reflexión sobre la sustancia misma de la que está forjada la realidad, y sobre la percepción que tenemos de ella; es una crítica a las instituciones mentales y políticas que rigen la vida humana; es una construcción arquitectónica cuyos versos han sido medidos y modelados siguiendo un esquema matemático muy preciso; es una edificación verbal cuyas palabras son exactas y salvajes a un mismo tiempo; ESO, como muy pocos textos de la tradición europea, es un poema total; es un camino que nos conduce más allá de las palabras, a un lugar –oscuro y luminoso a la vez– que da sustento a todo, a lo inexplicable y a la razón, al delirio y a los sueños, al miedo y a la valentía, a las ilusiones políticas y a la barbarie, a la belleza y a la imaginación, a la existencia y a la nada; a ESO, en definitiva.

http://www.sextopiso.es/8020-eso/

 

El Alfabeto de Inger Christensen

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Alfabeto

Los alfabetos existen
la lluvia de los alfabetos
la lluvia que se cuela
la gracia, la luz
interespacios y formas
de las estrellas, de las piedras

el curso de los ríos
y las emociones del espíritu

las huellas de los animales
sus calles y caminos

la construcción de nidos
consuelo de los hombres

luz diurna en el aire
los signos del cernícalo

comunión del sol y del ojo
en el color

la manzanilla silvestre
en el umbral de las casas

el montón de nieve, el viento
la esquina de la casa, el gorrión

escribo como el viento
que escribe con la escritura
serena de las nubes

o rápidamente en el cielo
como con golondrinas
en trazos que desaparecen
escribo como el viento
que escribe en el agua
estilizada y monótonamente

o rueda con el pesado alfabeto
de las olas
sus hilos de espuma
escribo en el aire
como escriben las plantas
con tallos y hojas

o dando vueltas como con flores
en círculos y mechones
con puntos e hilos

escribo como el borde de la playa
escribe una orla
de crustáceos y algas

o delicadamente como con nácar
los pies de la estrella de mar
y la baba del mejillón

escribo como la primavera
temprana que escribe
el alfabeto común
de anémonas, de hayas
de violetas y de acederillas

escribo como el verano
infantil como el trueno
sobre las cúpulas de la linde del bosque
como blanco oro cuando maduran
el relámpago y el campo de trigo

escribo como un otoño
marcado por la muerte escribo
como esperanzas inquietas
como tormentas de luz
atravesando recuerdos brumosos

escribo como el invierno
escribo como la nieve
y el hielo y el frío
y la oscuridad y la muerte
escriben

escribo como el corazón
que late escribo
el silencio del esqueleto
y de las uñas y de los dientes
del pelo y del cráneo

escribo como el corazón
que late escribo
el susurro de las manos
de los pies, de los labios
de la piel y del sexo

escribo como el corazón
que late escribo
los sonidos de los pulmones
de los músculos
del rostro, del cerebro
y de los nervios

escribo como el corazón
el corazón que late
los gritos de la sangre y de las células
de las visiones, del llanto
y de la lengua.

***

Lo efímero

La piedra en la playa se evapora.
El lago perece bajo el sol.
Los esqueletos de los animales
están ocultos bajo las arenas eternas
del desierto.
Las cosas caminan,
mueren una en la otra,
navegan como pensamientos
en el alma del espacio.
Caravanas de arena viva.

¿Es esto una amenaza?
¿Dónde está mi corazón?
Prisionero en la piedra.
Escondido en un lago.
Latiendo profundamente
en un camello jorobado,
que yace en la arena
gimiendo y va a morir.

Alfabeto. Inger Christensen. Editorial Sexto Piso, 2014. Trad. Francisco J. Uriz.

 

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Inger Christensen, escritora danesa nacida en Vejle (Dinamarca, 1935-Copenhague, 2009). Hija de un sastre, tras graduarse en magisterio cursó también estudios de medicina, así como de matemáticas y química. A pesar de ser más conocida por su faceta de poetisa, también ha cultivado otros géneros, como la novela, el teatro o el ensayo. En realidad no le gusta distinguir entre géneros, por lo que escribe indistintamente en prosa y en verso. Su obra es compleja, con numerosos referentes que demuestran un exigente nivel cultural. En su poesía, que ella gusta recitar, juega con la acentuación y utiliza con frecuencia la aliteración, con lo que el valor fonético del lenguaje alcanza un protagonismo evidente. En sus dos primeros poemarios, Luz de 1962, y Hierba de 1963, hay una fuerte presencia de la naturaleza y de los fenómenos relativos a ella. Esta naturaleza se descubre como muy cercana a la autora, en la que aparecen los paisajes de su Vejle natal, sus animales, sus aves, el mar y las playas, y en especial los inviernos nevados. A partir de la publicación de Eso en 1969, comenzó a ser reconocida internacionalmente. Se trata de un poema que, a lo largo de 200 páginas, ofrece una especie de génesis del origen del lenguaje y del mundo, partiendo de las teorías del lingüista Noam Chomsky. En él describe los fascinantes secretos de la creación y el poder de la naturaleza. Según su propio testimonio, escribe muy poco, y sólo lo hace cuando la poesía viene hacia ella, en ningún momento la busca. Así, tuvieron que transcurrir diez años para que publicara su siguiente libro, Alphabet (1981). La peculiaridad de este libro es que Christensen utiliza una secuencia, descubierta por el matemático italiano Leonardo Fibonacci, para medir el metro y el número de estrofas, de tal manera que cada eslabón de la serie resulta la suma de los anteriores. En cuanto al contenido, en este libro, además de cantar el asombro ante la belleza de la tierra, también se suma la preocupación por la devastación del hombre. En 1991 publicó El valle de las mariposas. Consta de catorce sonetos rimados y un soneto magistral que en sus catorce versos repite el primer verso del resto de poemas; es un juego de forma clásica basado en la idea de que un poema entero puede estar envuelto en el primer verso, incluido en una sola palabra. Autora reconocida tanto en su país como en el extranjero, el año 1999 ha visto la aparición de sus obras completas en una edición alemana; asimismo, ese mismo año publicó su último libro, La habitación perdida.  © L.H.C.M.  http://www.epdlp.com/escritor.php?id=6042

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/10/02/babelia/1412269392_824769.html