Por un sereno y bondadoso 2021

.

confía en ti, se dijo, y sintió que volvía

la frase, confía en la gracia, eso que está

en ti, la nada y el miedo que hay

en ti te ayudarán, y la fatiga, que la energía

vaya a menos, que para quienes quieres

sea leve, la gracia te ayudará

.

Olvido García Valdés, Confía en la gracia, Tusquets, 2019

Fotografías: Isabel Muñoz, Mevlevi, 2008

¡Feliz año nuevo a todas.os desde esta bitácora lobuna!

.

Una aproximación personal al tema de las brujas. Alba E. Nivas

Preparación del sabat de las brujas - David Teniers II | Painting, Witch,  Sabbats
Preparación del Sabat de las brujas. DAVID TENIERS II

.

Rescatadas como icono de las reivindicaciones feministas o como filón comercial de la cultura popular, las hechiceras han regresado y se prodigan en libros, revistas, películas y series de televisión.

Alba E. Nivas – 29/01/2020

Soy una bruja. En este momento puedo escuchar el peso de la carga semántica cayendo en el cerebro del lector. Percibo su agitación momentánea. Adivino las fugaces conjeturas que resolverá antes de seguir leyendo el artículo: es una broma / una provocación / una majadería.

Bruja. Pocas palabras designan una realidad tan elástica, inaprehensible y ambigua. Pocas excitan la imaginación de manera tan poderosa y subjetiva. En cada persona el término parece activar una peculiar alquimia de fantasías, deseos y temores infantiles bullendo en el caldo del imaginario colectivo. Ambiguo como pocos, el arquetipo de la bruja suscita una clara división entre los géneros. Por contraste con la hechicera estilo Circe bajo cuyos encantadores filtros pueden acabar convertidos en cerdos amnésicos, para los hombres heterosexuales la bruja es una vaga encarnación de la madre malvada, la mujer cruel, el poder manipulador, la furia y la impredecibilidad femeninas. Las mujeres por su parte, ante la disyuntiva entre la candorosa princesa que, con un simple bocado de la jugosa manzana, se duerme a la espera del príncipe destinado, se decantan mayoritariamente por la bruja, símbolo de potencia y sabiduría clandestina, una llamada a la subversión y la liberación del patriarcado.

Por suerte, los tiempos han cambiado. Las brujas regresan. Rescatadas como icono de las reivindicaciones feministas o como filón comercial de la cultura popular o el crecimiento personal, las brujas se prodigan en libros, revistas, películas y series de televisión; su estética se divulga en cuentas de Instagram y tiendas online de artilugios y productos mágicos… ¿Casualidad? ¿Una moda cualquiera? ¿Por qué justo ahora?

Reinvindicarme bruja es una manera de apropiarme del viejo estigma y enarbolarlo en defensa de otra manera de aprehender y vivir la realidad

Vivimos tiempos sombríos. La década 2.0 se anuncia tensa. Los conflictos sociales estallan por todas partes. Es cada vez más evidente que el discurso neoliberal ha perdido legitimidad y se sostiene a costa de una ominosa represión policial. Difundida en tiempo real por las redes sociales, la violencia provoca consternación e indignación colectivas. Ante la cuestión ambiental, la brecha entre las generaciones se hace patente incluso en el seno de las familias. Pese a las armas de distracción masiva que saturan el espacio mental humano, los cuerpos se sienten amenazados por el cambio climático y la destrucción del mundo vivo. Presienten el peligro, sobre todo los más jóvenes. El enigma de lo que está por venir en las próximas décadas, la angustiosa imposibilidad de proyectarse en el futuro, la dificultad misma de enraizarse en un presente convulso y precario, acaso nos incitan a rescatar esa ignota figura femenina del granero de la historia. Quizá, inconscientemente, deseamos invocar el favor de las brujas y su trato privilegiado con una Naturaleza, cuyo implacable poder destructivo encoge secretamente el corazón seco de una sociedad envanecida.

Reinvindicarme bruja es una manera de apropiarme del viejo estigma y enarbolarlo en defensa de otra manera de aprehender y vivir la realidad. El mío no es un caso aislado. En Francia, país donde resido, las brujas salen a la luz sin complejos. Cometen fechorías de todo tipo: celebran rituales durante los equinoccios y los solsticios, militan por la justicia social y climática, pronuncian maleficios contra dirigentes políticos y entidades bancarias, escriben libros, crean piezas de teatro, ruedan documentales, películas. Incluso France Culture les dedica programas de vez en cuando. Tratándose de la cuna del racionalismo, el fenómeno puede sorprender, pero no es nuevo.

En 1975 se fundó la Revista Sorcières (‘Brujas’, subtitulada “Las mujeres viven”), un espacio de expresión literaria y artística para indagar sobre la particularidad de la creación femenina. Su manifiesto rezaba: “¿Por qué brujas ? Porque curaban. O envenenaban. Nada sobrenatural. Eran las curanderas y las sanadoras del pueblo. Eran las comadronas, quienes ayudaban a las mujeres a parir, a dar vida. También quienes las ayudaban a librarse de los embarazos no deseados. ¡Era demasiado! En el siglo XIV la Iglesia declara que si una mujer se atreve a curar, es una bruja y por lo tanto debe morir”. Fundada por la escritora y editora Xavière Gauthière, la revista se publicó durante ocho años. Entre sus colaboradoras figuran novelistas, poetas, académicas, psicoanalistas y artistas como Marguerite Duras, Hélène de Cixous, Julia Kristeva, Françoise Dolto, Leonor Fini, Chantal Chawaf, Michèle Perrot, por citar solo algunas.

Pocos años antes, en 1968, en Estados Unidos, nacía W.I.T.C.H. (Conspiración Terrorista Internacional de las Mujeres del Infierno). Este colectivo de feminismo radical irrumpió en una escena contracultural e izquierdista ampliamente dominada por los hombres. Relegadas a papeles de espectadoras o taquígrafas en las asambleas, a estos les reprocharon su paternalismo y la repetición de los viejos esquemas machistas. El colectivo reivindicaba “un concepto total de identidad revolucionaria femenina”, considerándose “el brazo activista del Movimiento para la Liberación de las Mujeres, teniendo como principal objetivo la América financiera y corporativa, aquellas instituciones que tienen el poder de controlar y definir la vida humana”; “W.I.T.C.H. significa romper el concepto de mujer como criatura biológica y sexualmente definida”; “Implica la destrucción del fetichismo de la pasividad, el consumismo y la mercancía”. Se propuso ampliar los términos del debate feminista más allá de la cuestión económica o de clase, insistiendo en la concepción del patriarcado como superestructura cultural. Dentro de la izquierda, el debate sobre el machismo resultaba incómodo y áspero para muchos militantes, de tal suerte que su discurso fue infravalorado o ridiculizado, cuando no calificado de contrarrevolucionario. Ajenas a las críticas, autónomas e ingobernables, las integrantes de W.I.T.C.H. se lanzaron a la calle, que utilizaron como escenario de teatro guerrillero, conjuros y protestas. Su actividad fue original y frenética, con acciones tan espectaculares como boicotear una edición de Miss América o un acto de Playboy con la aparición de una militante que se paseó desnuda portando una bandeja con una cabeza de cerdo entre los asistentes. Su discurso, crudo y demoledor, se reclamaba heredero de la brujería, recuperaba un lenguaje místico y colocaba la filosofía oculta al servicio de la herejía feminista. Difundía la idea de que cualquier mujer podía ser una bruja con tan solo repetir tres veces “soy una bruja” (“Si eres una mujer y te atreves a mirar dentro de ti, eres una bruja. Crea tus propias normas”). Su análisis enfatizaba el “poder interior” y “la revolución desde dentro”, revelando que la rutina de la vida diaria debía ser el teatro de la lucha.

Esa misma idea de poder interior está presente en The Spiral Dance, obra acerca del culto a la Diosa publicada en 1979 por Starhawk. La autora norteamericana es una célebre bruja y activista ecologista y altermundialista cuya influencia ha sido decisiva en el resurgimiento de covens (grupos de brujas de la tradición Wicca) por todo el mundo. La inteligencia sensible, pragmática, lúcida y lúdica de Starhawk ha contribuido a desterrar prejuicios y malentendidos sobre los nexos entre espiritualidad y política. Recientemente traducidos y difundidos en Francia, sus libros inspiran por igual a brujas, activistas y teóricas del ecofeminismo.

Publicada en pleno franquismo, en España ocupa un lugar destacado la obra de Julio Caro Baroja Las brujas y su mundo. De un rigor, apertura de miras y honestidad intelectual fuera de lo común, su estudio antropológico abarca un amplio ámbito histórico y cultural: la magia en el mundo grecolatino y los pueblos eslavos y germánicos, la demonología medieval, la brujería vasca en el S.XVI, los procesos inquisitoriales del siglo XVII, la crítica de la Ilustración y la permanencia de creencias mágicas, ya de modo residual, en el siglo XX.

Federici apunta que la persecución de las brujas fue una cuestión tan importante como la colonización o la expropiación de las tierras a los campesinos

Tratar de desbrozar la realidad de la brujería y de lo acontecido durante la caza de brujas no es tarea fácil. Sorprende y entristece la escasez de estudios históricos sobre el asunto, un verdadero genocidio hasta hace poco trivializado o rebajado a la categoría de anécdota folklórica. Hay que esperar a la publicación de Calibán y la Bruja, en 2004, la excelente obra de la historiadora Silvia Federici, para comprender en toda su magnitud el papel que la caza de brujas desempeñó no sólo en cuanto al destino de las mujeres, sino en el establecimiento de las relaciones de dominación y explotación que persisten hoy en día.

Federici apunta que la persecución de las brujas fue una cuestión tan importante como la colonización o la expropiación de las tierras a los campesinos durante el nacimiento y desarrollo del capitalismo. Su estudio incluye factores que Marx no tuvo en cuenta al examinar la acumulación primitiva durante la transición del feudalismo al capitalismo, como la creación de una nueva división sexual del trabajo que fue subyugando paulatinamente el rol de las mujeres a la producción y reproducción de la mano de obra, a la vez que se establecía un nuevo orden patriarcal que las subordinaba a los hombres y las excluía del trabajo asalariado.

Qué sentido tiene, cabe preguntarse, indagar sobre hechos tan lejanos en el tiempo, oscuros, truculentos, propios de una mentalidad irracional y supersticiosa ampliamente superada en la era científica. Para qué escarbar en el inconsciente colectivo femenino y hurgar en sus heridas; corremos el riesgo de activar el trauma y caer en un victimismo retrospectivo carente de sentido. Cierto. Podemos conformarnos con la rehabilitación cultural de las brujas, calarnos el sombrero negro puntiagudo y disfrutar de ese engendro lúdico-festivo halloweenesco que llena de fantasmas e improbables calabazas los bares y las tiendas. Renunciar a pensar siempre es una opción tentadora; sin duda la más promovida y aplaudida, se regodea con su masivo éxito. Pero también podemos tratar de comprender y desenmarañar una historia que nos concierne directamente, pues justifica la pervivencia de dogmas, categorías y valores que es necesario abolir y reformular. Aspiración de la que acaso participa también esa otra tendencia reciente a narrar una visión no idealizada de la maternidad, hasta ahora ausente del relato dominante. El deseo de confrontar al público con la realidad de una experiencia central de la vida humana, y por ello repleta de ambivalencia, vulnerabilidad, desgarro, frustración, fatiga y dependencia.

La necesidad de narrar esa complejidad es, por qué no, una forma de terapia colectiva. Cuántas lectoras y escritoras, al ser madres por primera vez, no han experimentado una desconcertante y dolorosa orfandad literaria. Cuántas no han experimentado la penosa soledad de avanzar en un territorio incógnito sin ninguna heroína novelesca de referente, convertidas en el escenario de una épica a la inversa: el “yo” dejándose colonizar por “el otro” durante nueve meses de paciente ternura e intermitentes sublevaciones inconfesables, hasta la ruptura de la bolsa amniótica y los últimos diques de contención psicológica….

En tiempos de crisis y desintegración cultural, el momento parece cuando menos propicio para observar con atención el reverso del mundo, la cara de una moneda que la Historia lanzó al aire y acabó estrellada contra el suelo.

.

https://ctxt.es/es/20200115/Culturas/30693/brujas-feminismo-aproximacion-alba-nivas-federici.htm

A diferencia de otros medios, en CTXT mantenemos todos nuestros artículos en abierto. Nuestra apuesta es recuperar el espíritu de la prensa independiente: ser un servicio público. Si puedes permitirte pagar 4 euros al mes, apoya a CTXT. ¡Suscríbete!

.

STARHAWK

Starhawk, Miriam Simos, nacida en St. Paul, Minnesota el 17 de junio de 1951, es escritora, activista y bruja americana. Es bien conocida como propulsora del Paganismo y es una de las primeras voces del ecofeminismo. Starhawk vive en San Francisco, en donde trabaja con una tradición de brujería que co-fundó a finales de los 70. Internacionalmente se le conoce como postulante en la no-violencia y la acción directa, y como activista dentro del movimiento de la paz, del movimiento feminista, del movimiento ambiental, y del movimiento del anti-globalizacion. Viaja y enseña extensamente en Norteamérica, Europa y el Oriente Medio, dando conferencias y talleres. Está trabajando actualmente con la unión para la paz y la justicia y otros grupos.
Starhawk junto a otras brujas y sacerdotisas se ha dedicado a la formación espiritual de las mujeres en las asambleas y círculos con conciencia de género. Han publicaron libros con rituales para los Sabbats estacionales y los Esbats lunares. Y proponen ritos de iniciación a la menstruación, la mediana edad, la maternidad y la menopausia. Y otros rituales para afrontar problemáticas como el abuso sexual, detener a un violador, decidir la interrupción de un embarazo no deseado, tratar la baja autoestima, el odio hacia el cuerpo o la depresión. También hechizos de magia femenina como medios para dirigir la conciencia ante necesidades básicas de trabajo, vivienda, sanación, estudio, pareja.

Es una espiritualidad donde la magia se suma al trabajo político o psicológico por los derechos de las mujeres, y en la que la sabia serpiente, el triángulo de la vulva y la sangre menstrual son algunos de los símbolos de sacralidad femenina que vuelven a ser utilizados por las mujeres.En este movimiento no existen estructuras eclesiales ni dogmas ni papas y toda mujer puede celebrar a la Diosa tenga mucha o poca formación previa, convocando a otras y formando un grupo.

“Invierno, primavera, verano, otoño.
Nacimiento, crecimiento, decadencia, muerte.
Nacen ideas, se consuman proyectos, algunos planes resultan poco prácticos y mueren. Nos enamoramos, sufrimos pérdidas, consumamos relaciones, damos a luz, envejecemos.
Los Sabbats –las Ocho Fiestas Sagradas- son puntos en los que unimos los ciclos interiores y exteriores: los interticios donde lo estacional, lo celestial, lo comunal, lo creativo y lo personal se encuentran.
Cuando representamos cada drama ritual en su época nos transformamos. Somos renovados; renacemos incluso mientras decaemos y morimos.
No estamos separados unos de los otros, del amplio mundo
que nos rodea; somos una/uno con la Diosa, con el Dios.
Mientras el cono de Poder se eleva,
Mientras las estaciones cambian,
Nosotras despertamos el poder que proviene del interior,
El poder para sanar,
El poder para cambiar nuestra sociedad,
El poder para renovar la Tierra.

En “La Danza en Espiral”, Starhawk expresa que el movimiento feminista de por sí es mágico-espiritual, además de político. Es espiritual porque está dirigido a la liberación del espíritu humano, a sanar nuestra fragmentación, a llegar a estar completas. Es mágico porque cambia la conciencia, expande nuestra percepción y nos da una nueva visión, utilizando un concepto de la brujería, esto es, el arte de cambiar la conciencia a voluntad. “Para mí había una conexión natural entre el movimiento para darle poder a las mujeres y una tradición espiritual basada en la Diosa”, expresa Starhawk.Para las mujeres de la Diosa, la religión es una dimensión de la vida demasiado importante para dejarla sólo en manos de los varones y de las religiones patriarcales como únicas opciones de espiritualidad. Las mujeres que no se identifican con el ateísmo o el agnosticismo, desean terminar con el vacío de sacralidad que el patriarcado dejó en sus almas y cuerpos. Un vacío casi siempre ocupado por imágenes negativas de sí mismas. El retorno de la Diosa expresa esa necesidad y ese derecho.

Vortex. Fabienne Verdier

Como no va a ser posible, este año, acercarnos presencialmente a la Galería londinense Waddington Custot, traigo este vídeo para que podamos sumergirnos entre los vórtices de las pinturas de Fabienne Verdier aunque sea virtualmente (¡ah, el poder de la imaginación!). A partir del minuto 13′, Fabienne nos acompaña en la experiencia de sus vortex, en su taller, en su biblioteca (donde largos periodos de investigación y de contemplación preceden el inicio de nuevas obras), en su jardín cuyo “silencio activo” dice Verdier, “da vida a estas pinturas”… Un gustazo!

Para celebrar el lanzamiento de ‘Vortex’, la última exposición de las nuevas obras monumentales de la reconocida artista contemporánea Fabienne Verdier, Waddington Custot organiza un evento digital multisensorial que reúne el arte y la ópera.

Presentando un primer acercamiento a ‘Fabienne Verdier: Vortex‘ en su inauguración, el evento incluye una gira dirigida por el editor de Frieze Matthew McLean, junto con la talentosa soprano Ana Beard Fernández, quien interpretará las mismas arias que inspiraron las pinturas de Verdier.

Entrad en el vídeo abriendo la pantalla completa para disfrutar de la experiencia.

‘Fabienne Verdier: Vortex’ en la galería Waddington Custot de Londres del 6 de octubre al 17 de noviembre de 2020.

https://www.waddingtoncustot.com/exhibitions/151/

Fabienne Verdier, Deh, vieni a consolar il pianto mio, 2020, acrylique et technique mixte sur toile, 183 x 135 cm
Fabienne Verdier, Deh, vieni a consolar il pianto mio, 2020, acrylique et technique mixte sur toile, 183 x 135 cm

.

A través de su trabajo, Verdier da forma física a las fuerzas habitualmente invisibles e intangibles que obran en la naturaleza, incorporando una amplia gama de fenómenos naturales, desde la gravedad y la energía cinética hasta las ondas sonoras y las vibraciones. En estas pinturas a gran escala, mostradas por primera vez en la galería londinense Waddington Custot, Verdier continúa su exploración pictórica con los sonidos y la música, en particular con la representación visual de las técnicas de respiración empleadas por sopranos que interpretan las arias de Mozart. Las pinturas de Vortex se caracterizan por una única gran hélice giratoria que domina la composición y se hace eco del sonido ascendente de un aria.

Verdier inició las obras de la serie Vortex durante su estancia como primera artista residente en 2014 en la Juilliard School, la prestigiosa escuela de artes escénicas de Nueva York. Allí, trabajando a pequeña escala con lápices y rotuladores, Verdier plasmó de forma visual las prácticas y técnicas de respiración de destacados cantantes y músicos. Comenzó a visualizar las voces cantando arias como columnas de respiración elevándose en el aire, cada pieza musical engendraba una forma de vórtice única y singular.

En el trabajo de Verdier, la forma se crea sobre el lienzo con pinceles gigantes y herramientas de su propia invención que están suspendidos del techo de su estudio. Para esta nueva serie, la artista ha adaptado el entorno de su estudio para incorporar una plataforma móvil. Esto le permite pararse directamente sobre el lienzo, que está colocado en el suelo, y pintar nuevas expresiones fluidas desde el centro mismo del cuadro.

En la serie Vortex, Verdier captura melodías y ritmos de arias individuales a través de curvas ascendentes, ondulaciones y frecuencias que detecta mientras escucha la música. Las pinturas dan una sensación de ingravidez, que refleja la ligereza de la emoción y la sensación de “elevación” que se experimenta al escuchar voces cantando un aria.

Como lo describe Fabienne Verdier: “Esta serie representa la energía del ser humano y de la naturaleza que, reunidos, se convierte en un estado de completa inmersión. Es una experiencia de disolución del yo en el sonido, en el entorno, en la atmósfera. En mi trabajo, intento capturar la voz invisible que viaja sobre las ondas sonoras, visualizar la energía y todo aquello que sentimos pero no vemos ”.

La serie Vortex son las nuevas realizaciones pictóricas de Fabienne Verdier después de su gran retrospectiva en Francia, que tuvo lugar en tres instituciones, incluido el Musée Granet en Aix-en-Provence. Estos nuevos trabajos revelan la evolución, profundidad y variedad de la práctica de Verdier, abarcando exploraciones con el sonido y la geología dentro de una amplia gama de fenómenos naturales.

https://www.waddingtoncustot.com/exhibitions/151/

Catálogo:

.

“L’atelier nomade de Fabienne Verdier au vif du motif”, o cuando el pincel se vuelve cuerpo axial y el cuerpo montaña

Fabienne-Verdier-Sur-les-terres-de-Cezanne-©-Thierry-Cron

 

Tengo pendiente de escribir una entrada más larga acerca de nuestra visita a Aix en Provence en torno a la creación pictórica de Fabienne Verdier. Los visitantes tuvimos que convertirnos también en nómadas de la ciudad ya que la propuesta expositiva plantea un triple recorrido por Aix en Provence, tres ubicaciones dispuestas en un triángulo equilátero –tan subyugador como el triángulo de las Bermudas, con la gran diferencia que estos vórtices artísticos no son mortíferos, muy al contrario, ¡vivifican!– :

  1. la exposición retrospectiva en el museo Granet “Fabienne Verdier sur les terres de Cézanne”, una verdadera cartografía que nos lleva, a través de una cincuentena de lienzos de grandes dimensiones, desde el entrenamiento formativo en China, pasando por Francia, Nueva York, los fjords de Noruega, el río Saint-Laurent de Québec hasta las recientes incursiones en la pintura al aire libre en la montaña de la Sainte-Victoire: cartografía de los flujos de energía que atraviesan el universo, nuestro propio cuerpo-cerebro y el mismo lenguaje verbal o musical;
  2. el “atelier nomade” –la estructura y el pincel hecho con 25 colas de caballo que la artista fue desplazando (con la ayuda de hombres y burros) en 5 ubicaciones diferentes para poder pintar la montaña– que podemos ver en el museo del Pavillon Vendôme, así como una serie de dibujos, un Storyboard (18 paneles que cuentan el proceso habitualmente invisible de la trayectoria de creación de Fabienne), y el espectacular film Walking/paintings que nos ofrece la visión de la materia pictórica sometida a las fuerzas de la gravedad;
  3. la instalación inmersiva de Sound Traces en la galerie Zola de la Cité du Livre en la que se presenta sobre 4 enormes pantallas de vídeo su trabajo pictórico realizado en resonancia con 4 cuartetos de cuerdas del Festival de arte lírico de Aix en Provence.

De momento, os dejo con la carta que Fabienne Verdier envió a Bruno Ely, director del museo Granet, quien fue el instigador de la nueva experiencia nómada de la artista.

<< Esta nueva experiencia de pintar sobre el terreno (“sur le motif”) en la cima de la montaña Sainte-Victoire fue intensa, mi mente está todavía allí frente a la Brecha de los Monjes a 900 metros de altitud […] Gracias por sugerirme hace un año, durante una excursión memorable por el “Camino des Venturiers”, de intentar esta aventura: regresar a la pintura al aire libre en las tierras de Cézanne.  

Recuerdo nuestro intercambio y sus estímulos para que salga del taller después de tantos años de ascesis y trate de ir, como solía decir Cézanne, “au motif” (sobre el terreno). Ahora me doy cuenta que volver a conectar con la naturaleza, pintar inmersa en la realidad misma, pasar de la reflexión a una percepción más inmediata al aire libre impone una batalla con esquemas mentales totalmente diferentes de los que implica pintar en el taller a puerta cerrada.

Se trata de confrontarse con miles de información en constantes movimientos, y entonces, tal vez, de efectuar una selección y extraer de ello un ideal de formas esenciales… ¡Toda una aventura bastante agotadora pero fascinante!

Sin su apoyo y el formidable proyecto que usted está trayendo al museo Granet, no me hubiese atrevido a lanzarme de ese modo tan radical en esta inmensa exploración con el taller nómada en torno a la Sainte (la Santa). >>

Carta de Fabienne Verdier a Bruno Ely, director del museo Granet, 25 octubre 2018. Catálogo de la exposición.

 

Film sobre el Atelier nomade de Fabienne Verdier frente a la montaña de la Sainte-Victoire a ver en :

https://fabienneverdier.com/

 

Visita virtual en los espacios de exposiciones en torno a Fabienne Verdier a Aix en Provence:

Captura de pantalla 2019-07-02 a las 15.33.12

Sound Traces Teaser película 1 , OFICINA BREVE (Opus 26), G. Kurtág
Fabienne Verdier y Quatuor Gerhard

Lluis Castan Cochs (Violon / violin)
Judit Bardolet Vilaro (Violon / violin)
Miquel Jorda Saun (Alto / viola)
Jesus Miralles Roger (Violoncelle / cello)
Avec la participación de / invitado especial de Ándras Keller

 

Teaser del vídeo 1 de Sound Traces a ver en:

https://fabienneverdier.com/db/video/sound-traces/

 

 

Marta Carrasco baila Perra de nadie

El último solo de Marta Carrasco, uno de los grandes nombres de la danza teatro de Catalunya. Un montaje multipremiado sobre empoderamiento femenino.

 

PerraDeNadie_c_DavidRuano

Perra de nadie es el último y premiado espectáculo de Marta Carrasco, referencia destacada de la danza teatro en nuestro país. Una artista única que ha reunido en este montaje a los personajes que durante años la han acompañado con sus confesiones en los escenarios.

 

A Girona, el 12 de octubre, a les 20h30. Sala La Planeta

Espectáculo casi sin texto.

 

  • Creación: Marta Carrasco
  • Dirección: Marta Carrasco, Pep Cors y Antoni Vilicic
  • Intérprete: Marta Carrasco
  • Iluminación: Quico Gutiérrez
  • Vestuario: Pau Fernández y Cia. Marta Carrasco
  • www.martacarrasco.com

De la misma artista de: B. Flowers (TA13), No sé si (TA11), Dies Irae (TA09), Bin & Go (TA08), Eterno? Això sí que no!(TA03), Mira’m (se dicen tantas cosas) (TA00), Blanc d’Ombra. Recordant Clamille Claudel (TA97), Aiguardent (TA95)

 

Perra de nadie

 

 

La traza y el aliento de Najia Mehadji

df4135_0157e1290aff4779983bfdb2cd8d3202

 

El Museo de Arte Moderno de Céret presenta la exposición “La traza y el aliento”, una retrospectiva de la obra de la artista franco-marroquina Najia Mehadji.


La exposición abarca todo el recorrido de la artista , y sigue su trayectoria artística entre Oriente y Occidente, y entre su investigación pictórica y su búsqueda simbólica. La exposición reúne unas cincuenta pinturas de colecciones públicas y privadas, y alrededor de cien obras gráficas. Como contrapunto, obras históricas, en particular del Musée d’Orsay, del Arab World Institute y del Museum of Decorative Arts, destacan la universalidad de las fuentes de inspiración de la artista.


Najia Mehadji nació en 1950 y vive y trabaja entre París y Essaouira. Su trabajo bebe de su doble cultura desde la que entresaca temas elegidos por su universalidad y su simbolismo: la arquitectura de la cúpula que une las culturas, las flores de peonía y de granada, la danza de los derviches o, más recientemente, de los Gnawas, por lo que ataña a la tradición oriental; el movimiento de los pliegos de El Greco, la danza de Loïe Fuller, el vals de Camille Claudel por lo que respecta a la tradición occidental.


df4135_52b67186f4814faab87a71e1d14a071e~mv2 Najia Mehadji, Spring Dance, 2011 Acrílico sobre lienzo, 200 x 270 cm, collection privée


“En el corazón del trabajo de Najia Mehadji hay el cuerpo, el eros y la mística. Para ella, cualquier acto gráfico o pictórico está enraizado, en primer lugar, en la dinámica del cuerpo en lo que tiene de más vivo y animado en su deseo de unidad, más concretamente anclado en el aquí y ahora de lo sensible, pero constantemente tenso hacia el otro lado, hacia el universo suprasensible. En efecto, es siempre desde su propio cuerpo actuando sobre soportes materiales, papel o lienzo, que la artista da a luz a sus creaciones de alcance espiritual.” Mohamed Rachdi (artista y curador)

Estos motivos abstractos –arabescos, volutas, enroscamientos– se despliegan tanto en pasteles como en óleo sobre cuadros de gran formato, realizados siguiendo una expresión gestual libre y, sin embargo, perfectamente controlada, componiendo una obra que se impone por su presencia sensible y espiritual.


Najia Mehadji utiliza medios tan diversos como la sanguina, la tiza, el gouache, la acuarela, el grafito, la pintura acrílica o el pastel al aceite. Utiliza papeles de diferentes tamaños y practica también el collage. Varios registros temáticos recorren el trabajo de la artista, todos se fueron desarrollando siguiendo sus andanzas artísticas: la arquitectura, la danza, y el mundo vegetal, pero le gusta definirse a sí misma a través de una línea continua que prosigue su melodía de una creación a otra.

 

df4135_797f45be3ca64696b865be71990d705a Peonia, óleo sobre lienzo, 2008, 185 x 185 cm


“Si, por casualidad, buscamos citar –entre algunos otros– el nombre propio de un artista contemporáneo que simboliza la unión entre Oriente y Occidente, es el de Najia Mehadji. Franco-marroquina o marroquina-francesa, nacida en 1950, pasa su infancia y su adolescencia en París, con residencia regular en Fez de donde es originaria su familia, se gradua en la Universidad de París I -donde en 1973 lee su tesis sobre Paul Cézanne-, y en la Escuela de Bellas Artes de París. Expone a partir de los años 80 en galerías de París y, en 1985, decidió compartir su tiempo entre su estudio en París y el de Marruecos, cerca de Essaouira, en el país Haha, en un douar donde construye un Ryad tradicional. ” Pascal Amel (en Monographie de Najia Mehadji, Somogy Editions 2014)

 

df4135_e6dd5517676446b48ad6dc4c3aec8fac~mv2 Gnawa Soul, 2016, acrílico sobre lienzo, 100 x 200 cm

 

La exposición estará en el Musée d’art moderne de Céret del 30 junio al 4 de noviembre 2018.

 

 

 

http://www.musee-ceret.com/mam/exposition.php?expo=163&statut=actuelle

http://www.musee-ceret-expo.com

http://www.najiamehadji.com

[Texto sacado de la web del museo de Céret, con traducción castellana mía.]

 

 

El chamán: el ritmo, la muerte, la vida. Joan Halifax

 Extractos seleccionados y traducidos de la obra “Shaman, the wounded healer” de Joan Halifax, antropóloga y maestra zen. Cada uno de ellos se refiere a un aspecto básico relacionado con la figura del chamán. Edición Raimon Arola y Lluïsa Vert.

 

Presentación

El chaman es el médico, el mago, el sacerdote, el místico y el poeta de ciertas sociedades tribales de Asia central, África o América. Además y sobre todo el chamán es alguien que puede viajar mediante su vuelo mágico a través de un axis mundi invisible para el común de los mortales para reunir los tres mundos que conforman la totalidad del universo. El chamán une lo visible con lo invisible, los infiernos con el alto cielo, y en estos viajes conversa y adquiere la sabiduría de los espíritus que habitan estas regiones.

 

 

En las ceremonias chamánicas aparecen unos elementos comunes que de algún modo facilitan la salida o el éxtasis del chamán. De entre los que presenta Halifax en su obra, hemos escogido tres: el ritmo representado por el tambor, la muerte, el paso imprescindible para la resurrección y el conocimiento y la nueva vida representada simbólicamente por la máscara. La máscara es importante porque a través de ella se muestra la interioridad del chamán, puede representar a un ancestro que se presenta a la tribu encarnado en el chamán o bien el espíritu o el animal totémico con el que logra comunicarse durante la ceremonia.

El ritmo del tambor conforma el camino por el que puede transitar el chamán durante su viaje. Un ritmo original y primigenio que lo conecta igualmente con lo más profundo de la tierra. Muchas veces los tambores de los chamanes aparecen adornados con dibujos de mapas de las regiones invisibles que deberán atravesar o con dibujos de arco iris que representan para muchas culturas el puente hacia el otro mundo.

La muerte, o más concretamente el desmembramiento representado por el esqueleto, es el paso primero e imprescindible para el chamán, pues en los huesos reside el germen de la resurrección que sucederá después de su viaje en espíritu a los mundos invisibles. Según apunta Joan Hallifax, solo después de la experiencia de la destrucción viene la instrucción.

 

El ritmo [1]

El chamán esquimal no ejercita su especial arte en privado. El objetivo final de la experiencia de la iniciación y de las ceremonias rituales es el servicio a la comunidad. Si bien, durante la búsqueda de la inspiración, los chamanes atraviesan unas experiencias individuales en soledad, este desierto es portado hacia el pueblo en forma de ceremonias. Entre los esquimales se cree que las personas crean su propia desgracia al romper los tabús. Las confesiones públicas, al igual que las participaciones comunitarias en las ceremonias chamánicas, son elementos necesarios tanto para liberar tensiones como para crear la base de una purificación total.

El ritmo de los tambores chamánicos reúne al conjunto de los elementos del ritual así como a los individuos separados en un espacio unificado. La continua repetición de los tonos del tambor que resuenan crea un estado de trance que tiene un impacto dinámico en todos los participantes.

El chamán siberiano yakuto canta “el tambor es mi caballo”, mientras lo golpea, él lo conduce al otro mundo. El tambor también es el territorio del chamán. Pintado en el tambor está el mapa de los mundos que se abren durante el viaje del chamán.

 

 

La muerte [2]

La naturaleza transformadora de la muerte se revela en la imagen de un esqueleto que lleva un cuchillo sacrificial en su mano derecha y las astas de un venado en la izquierda. La experiencia de la muerte y del renacimiento de un chamán mediante un proceso simbólico de una auto-herida mortal se completa con una experiencia de renacimiento desde los huesos como si fueran éstos una semilla.

 

 

El espíritu que ataca y destruye a un chamán neófito puede convertirse en su instructor, aliado, y ayudante después del juicio y de las terribles experiencias sufridas en la iniciación. Entre muchos pueblos esquimales, por ejemplo, la adquisición de un espíritu era un proceso violento que comportaba la mutilación y el desmembramiento.

La esqueletización de la figura del chamán es la personificación de su muerte. Al mismo tiempo, como la semilla de un fruto después de que su pulpa haya desaparecido, sus huesos representan el potencial del renacimiento. El chamán neófito debe morir a la finitud para alcanzar el conocimiento de la inmortalidad. El sagrado desmembramiento del cuerpo del chamán es una manifestación del reino de la multiplicidad caótica para renacer desde la semilla de sus huesos a un orden de existencia superior.

 

La vida [3]

El descenso al reino de la muerte, el hogar de los espíritus enfermos, tiene que ver con la debilidad básica de la humanidad. En las profundidades se encuentran los espíritus voraces que instruyen mientras destruyen. La receptividad del chamán al mundo de estas criaturas se abre después de que él o ella se hayan rendido a la muerte.

 

El rostro de la máscara de madera tiene una expresión sorprendida. Los ojos están abiertos pero inexpresivos, como si la “vida” estuviera aterrorizada en el sujeto. Quizá el neófito está muerto; o quizá ha sufrido un ataque (la epilepsia a menudo se asocia al chamanismo). Así mismo a lengua afuera saborea la sabiduría de aquellos que habitan en los yermos reinos.

 

 

Claude Levi-Strauss llama al proceso de transmisión “el beso del conocimiento”: el chamán comparte el néctar original del mundo de las criaturas. La cruda muerte y el universo no dual, amoral, les son revelados. No existe la moralidad en aguda mirada de un halcón; tampoco hay moralidad en la muerte. Al llevar su máscara, el chamán también recuerda a los demás la condición fundamental de su existencia.

 

NOTAS

[1] Joan Hallifax, p. 35.

[2] Joan Hallifax, pp. 46 y 76.

[3] Joan Hallifax, p. 32.

 

INFORMACIÓN LIBRO

 

Joan Halifax, Shaman, “The wounded healer”, Thames and Hudson, Londres, 1982.

 

 

 

 

 

 

https://www.arsgravis.com/chaman-ritmo-la-muerte-la-vida/