Li donem la benvinguda amb un potent udol… aauuuuuu…!
i aquests haikus de Bashô:
Nadie emprende
este camino salvo
el crepúsculo de otoño.
… i de la monja budista Kikusha-Ni:
Pálidas parecen las hojas
rojas del otoño ante las olas
verdes de los campos de arroz.
Malgrat el sol,
roent, roent encara,
el vent de la tardor.
Matsuo Bashô
Precioso, Rosa!
Deposito aquí este poema breve de Fun’ya no Yasuhide (del libro recopilatorio de poemas japoneses Luna en la hierba, de Aurelio Asian, ed. Hiperión):
Cambia el color
de la hierba y los árboles,
pero la flor
de las olas del mar
no conoce el otoño.