“Es difícil llegar a uno mismo. Tal vez porque también es difícil hallarse en situaciones desacostumbradas en las que sentirse absolutamente desamparado. Este es el problema: todo se nos ha hecho demasiado habitual, todo está siempre dispuesto. Y es que sólo las situaciones, digamos, “aporéticas”, aquellas en las que nos encontramos totalmente desprovistos de recursos, son las que , cerrándonos el mundo exterior, nos obligan a franquear los límites del nuestro, interior.
Nadie penetra en la profunda oscuridad de sí mismo si no es forzado por las circunstancias. El abismo atrae -es un tópico- pero para que la atracción sea algo más que un dirigirse incipiente, una inestable inclinación del ánimo, para que logre su fin y se convierta en caída, es preciso elaborar un paisaje que elimine la tentación del mundo: de lo acostumbrado, la llanura y sus colores; es menester que las formas hayan dejado de ser amables.”
Extret de Diarios indios de Chantal Maillard. – Pre-textos, 2005
No es fácil leer a Chantal Maillard. Tampoco lo es dejar de hacerlo.
Al transitar por sus territorios la tristeza y la desesperanza me invaden. Me sentí atrapada en ese huso.
Su “decir” captura y dejas de estar dónde estabas. Desorganiza.
Todo parece falso después de haber sentido con ella, de otra manera.
Su lectura no es fácil, pero es muy generosa y regala comprensión en la misma medida en la que exige atención al leer.
Como Muriel, va dejando aberturas por las que pasa la luz que ayuda a vivir…
Gracias Muriel por des-cubrirnos a Chantal.