Con la vendedora de fósforos, he aprendido que existe un tipo de fantasía evasiva, de la que se debe huir, así como otro, el de la fantasía deliberada, creadora, que se debe propiciar. En lugar de fantasía creadora, prefiero llamarla voluntad creadora. Cuando nombro con mis palabras, cuando transformo lo recogido, basicamente lo resumiría en el cambio realizado en el concepto de la creatividad. Antes, la creatividad estaba relacionada con el Arte. Ahora sé que hay creación, cuando voluntariamente piensas, juegas con colores, coses una cortina… y cuando creas espacios que pueden ser externos, como una mesa con todo lo necesario dispuesto para pintar, o una especie de lugar interno, (de momento sólo intuido) para que pueda acontecer lo que deseo.
Curiosamente, releyendo un librro del escritor Lobo Antunes, descubrí un párrafo que me había pasado por alto en su día y que quería compartir con vosotras.
Lobo Antunes, dice estar totalmente de acuerdo con Jung y su opinión acerca de que la creatividad más importante, no es la de los pintores o escritores, sino la de quienes son capaces de tener una relación creativa con si mismos.