Un día del año 792, Wu Daozi abrió una puerta en la montaña que acababa de pintar y desapareció tras ella. El emperador Xuan Zong no tuvo tiempo de seguirle.
Eliminar las diferencias entre realidad y ficción fue una de las metas de los pintores chinos en épocas pasadas. Mal comprendimos su enseñanza. Ver una representación como si fuese realidad es cuestión de entrenamiento. Ver la realidad como si fuese una representación también es cuestión de entrenamiento. Si con paciencia observamos, veremos cómo la mente construye lo que creemos realidad, aprenderemos sus reglas, comprobaremos su técnica y, quién sabe, puede que algún día seamos capaces de ser au(c)tores de nuestro mundo en vez de torpes marionetas.
Que la estructura mental responde a la lógica –logos– del universo no hay duda, pues ¿qué es el universo sino el nombre que le damos al conjunto de nuestras percepciones? Mente y realidad ¿no son acaso conceptos intercambiables?
Chantal Maillard. La mujer de pie. [La puerta de Wu Daozi]. Galaxia Gutenberg, 2016
Imagen: Pintura de Wu Daozi (680-740). Dinastía Tang.