La práctica sostenida

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Debido a que la atención a las cuestiones de la individuación puede provocar una intensificación de los pensamientos y los sentimientos, tenemos que procurar no convertirnos en unos simples coleccionistas de ideas y experiencias y dedicar también una considerable cantidad de tiempo a la tarea de aplicar lo que hemos aprendido en la vida cotidiana. Mi práctica diaria y la que enseño a otras personas es principalmente la de una contemplación del mundo, con todas las complejidades que semejante situación lleva aparejadas. Cualquiera que sea el lugar o la manera con que se empiece, hay que insistir en la necesidad de una práctica regular. No es necesario que ésta sea muy larga, pero sí concentrada durante el tiempo que se le dedique, enfocada de la manera más pura posible y, como es natural, ejercitada a diario.

Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con los lobos. Ediciones B, 1998 [Apéndice, nota 5]. (Las pequeñas modificaciones en la traducción son mías.)

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Un término clave es la práctica, entendida como un esfuerzo sostenido, deliberado y consciente por acompasarnos con mayor sutileza con nosotros mismos y la verdadera condición del mundo existente. El mundo, exceptuando una mínima intervención humana, es en última instancia un lugar salvaje. Es esa la parte de nuestro ser que dirige la respiración y la digestión, y cuando se observa y aprecia es una fuente de lúcida inteligencia. Las enseñanzas del budismo son realmente sobre la práctica y muy poco teóricas, aunque la teoría es tan atrayente que a lo largo de su historia ha provocado una ligera y sugerente desorientación en muchos.

La práctica de lo salvaje propone que nos ocupemos de algo más que de la ética medioambiental, la acción política o un activismo útil e ineludible. Debemos enraizarnos en la oscuridad de nuestro ser más profundo.

Gary SnyderLa práctica de lo salvaje [prólogo]. Varasek ediciones, 2016

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El mí, ese personaje interno que emite juicios al tiempo que experimenta agrado o desagrado, que piensa, cree, se emociona, se turba, se atemoriza, se defiende, se admira o se confunde y que siempre se identifica con sus estados, era el objeto [de observación] ahora. Identificarse con los propios estados mentales es la condición natural del ser humano; observarlos no es propio de esa condición, es el resultado de un entrenamiento, algo así como un ejercicio de esquizofrenia controlada mediante el que se procura establecer una distancia entre el mí (los estados sentimentales que aparecen en continua sucesión) y la conciencia que observa.

Chantal Maillard, Diarios indios, reeditado in India. Pretextos, 2014 [p.24]


2 pensaments sobre “La práctica sostenida

  1. Gracias, Susanna, por traerlo.
    Sí, todo el libro del Therigatha es en sí mismo un testimonio de las acérrimas prácticas de esas ancianas sabias, allá, en los albores del budismo.
    Cada poema es una senda. Toda práctica no es sino camino.
    Abrazo sin desmayo.

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