Estamos a un metro de distancia el uno del otro. Mirándonos. Él, la cabeza inclinada; yo, el alma. Sé que será por poco tiempo, que ambos estamos aquí, mirándonos, por poco, muy poco tiempo. Y sé también que ése es todo el tiempo del que disponemos. Si no cruza por mi mente la idea de un después, ese tiempo será infinito.
El gorrión ha volado. Mi presente son las migas de pan que alguien dejó para él en la mesa vecina.
Chantal Maillard. Bélgica: 126. Pre-Textos, 2011