“La mujer de pie es alguien que no puede sentarse. No se trata de una novela, aunque bien podría haberlo sido. ¿Cuál es el límite entre un ensayo y un relato, entre unos apuntes biográficos y lo que denominamos Historia, entre realidad y ficción, entre lo que creemos y lo que creamos? Siempre hay una narración en lo que contamos.
En La mujer de pie hay personajes; éstos atraviesan el libro dejando entrever breves secuencias de su vida, diálogos entrecortados.
La mujer de pie es una invitación a la escucha. Más allá del ruido mental y sus articulaciones, la mujer de pie entiende que el universo es expansión sonora y que procede por analogía, simultáneamente.
La mujer de pie trata de nuestra compulsiva tendencia a identificar el proceso mental con la realidad de la que, suponemos, da cuenta.
La mujer de pie es una reflexión sobre el movimiento –o más bien sobre la inmovilidad, la discontinuidad de la percepción y la fragmentariedad de la experiencia.
La mujer de pie es también un recurso para aliviar el dolor de la carne, sus atrofias, sus limitaciones, sus discapacidades. Una estrategia para tomar distancia.
La mujer de pie es un diario de observación. Un registro de las fluctuaciones del ánimo bajo la analgesia.
La mujer de pie es un ensayo sobre la naturaleza mental de los sentimientos, su impermanencia, y la inconsistencia de la idea del yo que las acompaña.
La mujer de pie es una reflexión acerca de cómo la noción del yo es clave para interpretar la historia de las naciones europeas.
La mujer de pie es el espacio estratégico en el que averiguar cómo intuir el mundo sin perder la verticalidad.
La mujer de pie es un escenario.
La mujer de pie es un escenario con una ventana desde la que mirar.
La mujer de pie es el alféizar de esa ventana. Un alféizar en el que apoyarse para contemplar el desierto. En realidad no lo hay, no hay desierto, es irreal. Pero sin él, ¿qué habría?”
Texto de presentación de Chantal Maillard
Un bonus: lectura de Ch. Maillard de un poema de La herida en la lengua, Desprendimiento, en su presentación en La central el 2 de junio
Un pensament sobre “La mujer de pie”